🎓 Psykhé afronta el perdón como una forma de resiliencia

Este curso, cuando en septiembre el grupo Psykhé retomó su actividad, lo hizo con un impulso extraordinario. En la mochila de algunos de los miembros de este foro de estudiantes de Psicología aún se sentía el peso de las experiencias acumuladas en agosto durante su participación en el último pleno del Parlamento Universal de la Juventud (PUJ), celebrado en Pekín.

A lo largo de aquellos días veraniegos en la capital de China, los jóvenes trataron el tema del perdón, y hablaron de que urge restaurar la lógica del perdón en una sociedad en la que las relaciones que nos hacen humanos se han visto dañadas. Así se explica en la primera parte del manifiesto con el que el concluyó el PUJ 2017, en cuya redacción colaboraron activamente los estudiantes de nuestra universidad que estaban presentes.

Lo que el grupo Psykhé ha hecho durante estos meses es contemplar la realidad del perdón desde la óptica de un tema que llevaba trabajando desde hace tiempo: la resiliencia. Como señala Joaquín Pardo, estudiante de Psicología y miembro de Psikhé, “el perdón es una forma de resiliencia”. Según explica, perdonar implica “reconocer que te has equivocado”, lo que, en el fondo, conecta con la capacidad del ser humano de “sacar algo positivo de las situaciones adversas y aprender de ello”.

Pedir perdón y saber perdonar, dos caras de la misma moneda en las que incide el grupo Psykhè en sus reuniones semanales. La constitución de este grupo parte de una rebelión contra un reduccionismo muy extendido en la Psicología moderna, según el cual sólo atiene a los aspectos negativos del ser humano. El estudio de la resiliencia permite desmentir este prejuicio fragmentario y contemplar al ser humano en su integridad. “La resiliencia nos permite conocer un gran mundo de posibilidades existentes en toda persona”, se afirma en el documento ¿Qué ha sido para nosotros Psykhé?

La resiliencia nace de la humildad

Afirman los participantes en esta experiencia que la inmersión en el mundo de la resiliencia les ha permitido, incluso, “retroceder en momentos de nuestra vida y encontrarle un sentido a esas experiencias”. No en vano, una de las lecturas que han compartido durante el primer semestre ha sido la de El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.

Al mismo tiempo, la resiliencia desvela que debilidad y fortaleza no tienen por qué ser hechos contrapuestos. “Nos ha dado la oportunidad de ser un poco más humildes y reconocer que todos podemos estar tristes, que no somos perfectos, que necesitamos la ayuda de otros. Y, así, aceptar lo malo, no como tal, sino porque puede ser fuente de crecimiento personal, incluso nos permite llegar a una paz interior”, se argumenta en el citado documento.

Como en años anteriores, el recorrido de reuniones, estudios y lecturas de Psykhé desembocará en la celebración de una jornada. En ella, está prevista la celebración de un coloquio con Laia Mestres, autora del libro Infinitas posibilidades. La educación emocional como motor del cambio educativo.