🎓 El público se reconcilia con el Periodismo

Las noticias falsas, la desinformación que propagan las redes sociales o el escaso valor que se le concede a la propiedad intelectual en las plataformas digitales, todas ellas son circunstancias que, objetivamente, degradan el oficio de periodista pero que, paradójicamente, lo están conduciendo hacia una “revitalización”. Así lo considera el director del diario El Mundo, Francisco Rosell, que ha mantenido un encuentro con estudiantes de Periodismo y Derecho de la Universitat.

La respuesta del público estadounidense ante la proliferación de las “fake news” es reveladora del renacimiento al que se refiere Rosell. Los lectores estaban necesitados de referencias fiables y el periodismo ha vuelto a poner el acento en aquello que le es propio: “contrastar e investigar la información”. Así, “los lectores están volviendo a los periódicos, lo que mejora la cuenta de resultados de los medios y permite contratar más periodistas”.

La exposición de Rosell ha seguido la lógica de mostrar tendencias preocupantes y su reverso esperanzador. Advierte de que las redes sociales “han empobrecido la conversación democrática” porque hace que la gente “se divida en bloques”, pero al mismo tiempo atisba una “reconciliación del público con el periodismo”. Reconoce que ofrecer los contendidos gratuitamente en internet produjo una “devaluación” del periodismo, para luego celebrar que en los últimos tiempos las noticias más leídas en la web sean “las de alto valor informativo”.

Respecto al modelo de negocio digital, Rosell se ha mostrado firme defensor del “cobro por contenidos”. “Es la garantía de un mejor Periodismo”, ya que hacer verdadero periodismo de investigación lleva tiempo y tiene costes.

Resistencia, flexibilidad y sangre fría

A lo largo del coloquio, Rosell ha subrayado en repetidas ocasiones el papel imprescindible que juega el periodismo en el seno de sociedades democráticas. “La garantía de las instituciones pasa por un periodismo que haga su función. Democracia es ‘un hombre, un voto y un periódico’”. Un compromiso institucional que no es incompatible con la publicación de noticias comprometedoras para las autoridades. “No es El Mundo el que desestabiliza las instituciones, sino que lo hace el comportamiento de las personas que las ocupan”, ha señalado.

También ha tenido tiempo para analizar la función que ejerce el director de un diario como El Mundo. El director “tiene que servir de paraguas de las presiones para que los redactores puedan trabajar libremente”. A esta capacidad para convivir con la presión hay que añadir el estar “preparado para lo inesperado, que es lo que sucede todos los días”. El tercer ingrediente sería la “sangre fría, para no dejarse llevar por la primera impresión”.

La conferencia de Rosell se ha producido en el marco de la asignatura de Redacción Periodística del grado en Periodismo, que imparten los profesores Álex Sàlmon y Juan Carlos Valero.