🎓 La vuelta al cole, mejor que a la oficina

La vuelta a las obligaciones lectivas se les suele hacer más dura a los adultos que a los niños. Éstos, gracias a su mayor flexibilidad y capacidad de adaptación afrontan la “vuelta al cole” con mayor naturalidad que sus padres

Fecha: lunes, 04 de septiembre de 2017 a las 16:15h

La vuelta al cole, mejor que a la oficina

La vuelta a las obligaciones lectivas se les suele hacer más dura a los adultos que a los niños. Éstos, gracias a su mayor flexibilidad y capacidad de adaptación afrontan la “vuelta al cole” con mayor naturalidad que sus padres. Como afirma el psico-pedagogo y profesor de Psicología, Ramón Novella, “el proceso de aterrizaje de los niños es más sencillo”.

Además, los escolares suelen contrarrestar la pereza por el regreso a las aulas con “la ilusión por el reencuentro con los amigos”, razón por la que es más extraño que en un menor se den los síntomas del denominado síndrome postvacacional.

Además, en los casos en los que el niño manifiesta una inusual angustia ante el retorno a la vida académica, muchas veces el origen de este rechazo hay que buscarlo en los propios padres. “En muchas ocasiones, el síndrome postvacacional de los niños viene generado por sus propios padres”, señala Novella. Por tanto, los adultos deben tratar de controlar sus reacciones ante el final de las vacaciones no sólo por ellos mismos, sino también para no trasladar una imagen negativa a sus hijos. “Si continuamente transmitimos el pesar por el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo, queramos o no, estaremos generando en nuestros hijos la misma actitud de queja y negativismo”.

¿Cómo detectar que el niño está padeciendo unas sensaciones análogas a las que definen el síndrome postvacacional? Hay algunos indicadores. “La comunicación difícil, el rechazo a hablar del nuevo curso, los nervios, las dificultades en el sueño o en la alimentación, son señales de alerta”, enumera Novella.

Hay veces que la inquietud viene generada por el hecho que de septiembre aguarda con importantes novedades, como puede ser el inicio de un nuevo ciclo o el cambio de centro. En estos casos, lo recomendable, según expresa Novella, es “anticiparse a las novedades y explicar adecuadamente qué pasará en este futuro próximo, cómo serán las cosas, que experiencias se vivirán. Y luego es importante, durante los primeros días, estar muy atentos a las reacciones del niño para poder ayudarlo de la mejor manera”.

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